viernes, 18 de febrero de 2011

SUS MARAVILLAS

PONGO MAINIQUE


El paraje recorrido por el río Alto Urubamba, antes Vilcanota, desde su origen hasta el Pongo Mainique es uno de los recorridos fluviales más espectaculares y hermosos de la Tierra. El río, cada vez más cargado de aguas con la aportación de nuevos y numerosos afluentes, se revuelve, como fiera herida, entre elevados peñascos y grandes bloques graníticos sembrando de blanca espuma sus pequeños remansos. Así, golpeado y cansado, el Alto Urubamba aborda el último gran obstáculo que intenta impedirle el paso hacia la gran planicie amazónica: la Cordillera del Pongo Mainique.
El alborotado y caudaloso río afronta el reto con decisión y, por cinco kilómetros, rompe el formidable muro entre el estruendo y el aplauso de cascadas que se descuelgan, engalanadas de orquídeas y lianas, desde los altos cerros.
Cuando al fin el río, exhausto de fuerzas, traspasa las ciclópeas puertas del Pongo y mira el despejado horizonte, se abandona a un lento y lánguido caracoleo por la planicie selvática en la que nuevos y numerosos afluentes le aportarán, con sus aguas, nuevos olores y sabores.
El Pongo Mainique está enclavado en el corazón del extenso distrito de Echarati, provincia de La Convención.


 

 SIETE TINAJAS


Junto a la carretera que une la ciudad de Quillabamba con la población de Echarati, capital del distrito del mismo nombre, se encuentra la maravilla de Siete tinajas.
Estamos ante una catarata que, en su caída, ha ido labrando en la roca siete admirables tinajas que, desde antiguo, han despertado en el ser humano sueños y sentimientos nobles. Ahí están, para confirmarlo, grabados en la roca, los antiquísimos petroglifos.

 




CAÑON DE MESAPELADA

La Convención es una región en donde las maravillas de la naturaleza surgen en cada quebrada y en cada montaña. Una de estas singulares maravillas es el Cañón de Mesapelada.
Está éste en la quebrada o río Torontoy que vierte sus aguas en el Vilcanota pocos kilómetros antes de la localidad de Echarati.
La ascensión hasta el cañón hay que iniciarla a pie a partir de las pequeñas localidades de Torontoipata o Limompampa. El camino junto o por la quebrada es recio, pero merece la pena, pues por él podrán admirarse dos espléndidas cataratas y numerosos microclimas.
El cañón propiamente dicho, de unos 200 metros de largo, es casi un túnel perfecto, de grandes dimensiones, creado en la roca por la fuerza del agua.


FLORA


El clima de cada zona o lugar de La Convención, que depende básicamente de su altura sobre el nivel del mar y de las precipitaciones que en él tienen lugar, es el factor que determina su flora y sus cultivos.
La gran diversidad de climas existentes en La Convención la convierten en una de las regiones de la Tierra con una mayor biodiversidad. Cualquier viajero mínimamente observador, que descienda desde las heladas alturas del abra de Málaga hasta las tropicales selvas de Timpía, podrá apreciar, con asombro, cómo se abre ante él una verdadera enciclopedia de la flora en nuestro planeta. El ichu de la puna da paso muy pronto a bosques encantados en que árboles retorcidos, cuajados de musgo y exóticas plantas parásitas, se entreveran con espléndidos helechos gigantes.
Después, podrá observar, al borde mismo de la carretera, infinidad de variedades de orquídeas de toda forma, color y tamaño. Todavía en el valle de Amaibamba desfilarán ante él cultivos de té, café y coca junto a toda la gama de cítricos y plataneras, mientras allá en las cimas de los cerros divisará bosques cuajados de todo tipo de árboles maderables. Dejando atrás el valle del río Lucumayo, y adentrándose en el valle del Vilcanota-Urubamba hasta el Pongo Mainique, verá junto a los cultivos de café y coca las plantaciones de caña de azúcar, achiote, cacao; mientras el camote, el repollo, el tomate, la zanahoria, el zapallo, la caigua, el rocoto e innumerables variedades de frutales -naranjos, mandarinas, limonero, lima, pomelo, papayas, mango, chirimoya, cocotero, etc., etc.- crecen en los pequeños huertos o chacras, arrimadas a las quebradas o colgadas de las empinadas laderas. Y más allá del Pongo la selva tropical se le presentará como la gran reserva de la biosfera de la Tierra.
Hernán y Fructuosa de La Torre, en su libro Geografía e historia de la Convención, afirman que en los bosques de La Convención existen más de 20.000 variedades de especies botánicas, y presentan un listado de 66 especies de árboles maderables, 37 especies de plantas medicinales, 30 de frutales, 16 especies de cereales y menestras, 25 de hortalizas, 11 de plantas condimenticias y aromáticas, 46 de plantas ornamentales y melífeas, 7 industriales y 11 tuberosas.


La Orquidea

FAUNA


A la diversidad de la flora convenciana corresponde una gran variedad de su fauna. Existen en La Convención, según los autores antes citados, 300 especies de aves, 60 de reptiles, 100 de anfibios, 280 de mariposas, 135 de arañas, 500 de hormigas y 600 de coleópteros. Además de un gran número de especies todavía no identificadas o clasificadas.
Por último, en región de tantas quebradas y ríos, especialmente en su parte más baja, existe una gran variedad de peces de los que se han identificado 110 especies. De éstas 25 forman parte de la dieta de los pobladores de la zona.
Toda esta formidable biodiversidad existente en la región convenciana resulta engañosa de cara a su capacidad para soportar población humana. Aunque gran parte de las plantas domesticadas por el hombre puedan prosperar en algún rincón de la región, sin embargo la tierra cultivable en ella existente es sumamente exigua. La Oficina de Reforma Agraria estimó en el año 1964 que tan sólo el 8.18% del territorio convenciano era cultivable, y el resto, el 91.82%, era inadecuado para la agricultura.




jueves, 17 de febrero de 2011

REGIONES
En este intrincado territorio de La Convención podemos señalar tres regiones: Sierra, Ceja de Selva y Selva Baja.
                                                              Región de la sierra

La región de la Sierra comprende la zona de la provincia situada entre los 6.000 metros s.n.m. y los 2.300. Es una abrupta y frígida región de características netamente andinas que se extiende por gran parte del actual distrito de Vilcabamba y una parte de los distritos de Huayopata, Santa Teresa y Ocobamba. Su territorio representa aproximadamente el 23% del territorio total de la provincia.
La región de Ceja de Selva abarca el territorio de la provincia situado entre los 2.300 metros s.n.m. y los 1.000. Es zona de numerosos y profundos valles separados entre sí por montañas que superan en no pocas ocasiones los tres mil metros. Los actuales distritos de Santa Ana, Maranura, Quimbiri, Quellouno y parte del de Ocobamba pertenecen a esta región de la provincia que representa aproximadamente el 22% de su territorio total.
                                                               Región de Selva
La Región de Selva Baja es la zona que se sitúa entre los 1.000 y 300 metros de altitud y se extiende por los actuales distritos de Echarati y Pichari abarcando aproximadamente el 55% del territorio provincial. En su extremo norte, más allá de la cordillera del Pongo Mainique, esta región comprende una dilatada llanura poblada por una densa selva tropical.

CUENCAS FLUVIALES
El Vilcanota tiene su origen en el nevado Cunurama, 5.443 m.s.n.m., que se ubica al norte del pueblo de Santa Rosa en la línea divisoria de los departamentos del Cuzco y Puno, en el abra conocido como La Raya. El pequeño torrente a que da lugar el glaciar  del Cunurama se dirige hacia el nor-oeste, y pocos kilómetros más abajo es ya un río impetuoso que, entre peñascos, termina por amansarse cuando recorre el Valle Sagrado de los incas donde riega las fértiles tierras de Písac, Calca y Urubamba. Todavía tranquilo, el Vilcanota discurre frente a la imponente fortaleza de Ollantaytambo para, poco después, esconderse y despeñarse por un angosto desfiladero que se prolongará hasta pasadas las ruinas de Machu Picchu en donde, tras ceñir el Huayna Picchu, recibirá por la izquierda el torrente del Aobamba que, cargado de las todavía heladas aguas del Salkantay, marca la frontera sur de la provincia de La Convención.
                                                           Confluencia de los ríos

Quince kilómetros más abajo de Machu Picchu, el valle del Vilcanota realiza un amago de apertura para dar entrada a dos afluentes: el Santa Teresa y el Sacsarayoc, y después vuelve a sumergirse entre los apretados cerros que con dificultad dejan correr, por la izquierda, las aguas de los torrentes del Quellomayo, Cocalmayo y Pacaymayo. Al final del cañón y a 45 kilómetros de Machu Pichu, el Vilcanota recibe, por la derecha las aguas del Lucumayo que inició su andadura en los glaciares de La Verónica, y por la izquierda, un kilómetro más abajo, las del Vilcabamba. A unos metros de la desembocadura de este río un enorme peñasco, varado en el centro del cauce del Vilcanota, permitió a los incas instalar allí el puente colgante de Chuquichaca (Puente de las Lanzas) que tanto protagonismo desempeñó en la época en que los últimos incas se refugiaron en Vilcabamba.
Diez kilómetros aguas abajo el valle se abre, y el Vilcanota recibe por su derecha los ríos Chinche, Maranura y Mándor, mientras que por la izquierda recibe el Uchumayo. Por esa misma banda y quince kilómetros más abajo llega el Chuyapi, cuyos residuos han dado origen durante milenios a la hermosa plataforma sobre la que se asienta la actual ciudad de Quillabamba, capital de la provincia.
A partir de Quillabamba, el Vilcanota es de nuevo prisionero de los cerros. A su izquierda se levanta el imponente Urusaywa desde cuyas cumbres descienden, entre cascadas, los torrentes de Páchac y Calzada, mientras por la derecha, ya a 25 kilómetros de Quillabamba y en territorio del distrito de Echarati, descargan en el Vilcanota las aguas del Chaco, Alcuzama y Ocobamba. A 25 kilómetros de Puente Echarati, por la derecha entra el Yanatile que aporta al caudal del Vilcanota 893 m3 por segundo, que unidos a los 1.100 m3 que éste ya traía, obligan a cambiar el nombre del río que en adelante será reconocido como el Alto Urubamba. Desde este punto hasta el Pongo Mainique, 250 kilómetros, el Urubamba recibirá, en especial por su margen izquierda, las aguas de numerosos y caudalosos ríos. Por esa banda confluirán los ríos: Manto Real, Koribeni, Materiato, Sirialo, Kiteni, Kosireni, Kumpirusiato, Manogali, Chicuriano, Mantalo, Pagoreni y Pomarén. Y por la margen derecha entran los ríos Chirumbia, Sangobatea, Manguriari, Sigarosiato, Ivochote, Tintiniquiato, Pachiri, Yavero, Saneriato y Yoyato.
El paraje recorrido por el río Alto Urubamba desde su origen, encuentro del Vilcanota con el Yanatile, hasta el Pongo Mainique es, sin duda, uno de los recorridos fluviales más espectaculares y hermosos de la Tierra. El río, cada vez más cargado de aguas con la aportación de sus nuevos y numerosos afluentes, se revuelve, como fiera herida, entre elevados peñascos y grandes bloques graníticos sembrando de blanca espuma sus pequeños remansos. Así, golpeado y cansado, el Alto Urubamba aborda el último y gran obstáculo que intenta impedirle el paso hacia la gran planicie amazónica: la Cordillera del Pongo Mainique. El alborotado y caudaloso río afronta el reto con decisión, y por cinco kilómetros rompe el formidable muro entre el estruendo y el aplauso de cascadas que se descuelgan, engalanadas de orquídeas y lianas, desde los altos cerros. Cuando al fin el río, exhausto de fuerzas, traspasa las ciclópeas puertas del Pongo y mira el despejado horizonte, se abandona a un lento y lánguido caracoleo por la planicie selvática en la que los numerosos afluentes le aportarán, con sus aguas, nuevos olores y sabores.
Por su derecha, le llegan al Bajo Urubamba las aguas de los ríos Ticumpinia, Quitaparai, Timpía-Sihuaniro, Savoriari, Kamisea, Paquiría, Misahua y Sepahua; y por su izquerda, las del Zaringaveni, Sabeti, Chocoriari, Quimariato, Picha, Waritacaya, Huipaya, Sensa y Miaría. Desde ahí, cargando gran parte de las aguas de la provincia de La Convención y tras recorrer por ella 850 kilómetros, seguirá su rumbo al encuentro del Apurímac que, convertido ya en el Tambo, le espera kilómetros más abajo para alumbrar el gran Ucayali.
El Apurímac, que ha nacido en el nevado Mismi, a 5.239 m.s.n.m., departamento de Arequipa, será alimentado por su margen derecha por las aguas convencianas que aportan los ríos Yanama, Arma, Mapiyo, Torocyunca, Pampaconas, Chirumpiari, Mepunari, Quimbiri y Pichari.
La maraña de cordilleras, cerros que superan los tres mil metros de altitud, innumerables quebradas y 43 afluentes, que descendiendo muchos de ellos de las nieves perpetuas depositan sus aguas en los dos grandes ríos de la región, hacen de la topografía convenciana una de las regiones más singulares de la Tierra. Estamos ante un gigantesco laberinto en el que resulta casi imposible orientarse o comunicarse. Muchos de sus cerros, ríos o selvas han permanecido hasta tiempos recientes inexplorados para los occidentales, y, aún hoy día, muchos de ellos guardan no pocos secretos.

TOPOGRAFÍA

El territorio de la provincia de La Convención, 30.061.82 K2, se encuentra enmarcado entre los paralelos 11º 1500 y 13º 3000 latitud sur y los meridianos 72º y 74º longitud oeste. Su topografía está dominada por los Andes Orientales, en especial por la Cordillera de Vilcabamba, que arrancando del Nudo Salkantay (6.264 m,s.n.m.) y dirigiéndose hacia el norte, separa y conforma las cuencas de los ríos Apurímac y Vilcanota-Urubamba a los que, tras la cadena del Pongo Mainique, libera, a poco más de 300 m.s.n.m., en la planicie de la selva amazónica.
La intrincada sucesión de cordilleras, montañas y valles de la región da origen a incontables ríos y quebradas que vierten sus aguas bien en el río Apurímac  o bien en el Vilcanota-Uruamba. Estos dos grandes ríos, más allá ya de los límites de la provincia, terminan por encontrarse dando lugar al gran Ucayali. Mientras el Apurímac, por su margen derecha, tan sólo delimita 203 kilómetros de la frontera oeste de La Convención, el Vilcanota-Urubamba, con sus incontables afluentes y sus 850 kilómetros a través del territorio convenciano, es el río que de verdad configura su territorio.


Todavía en el siglo XX se realizaron notables aportaciones al conocimiento de la geografía convenciana. Una de las más notables fue la llevada a cabo por el dominico Monseñor Ramón Zubieta quien en mayo-junio de 1903 demostró que el río Paucartambo no era tributario del Madre de Dios, como hasta entonces se creía, sino del río Urubamba por su margen derecha. El dominico recorrió durante un mes los 362 kilómetros que separan la población de Paucartambo de la boca del Yavero. En 1944 Misiones Dominicanas publicaba un mapa del ingeniero Bües de la región de Vilcabamba en el que podemos apreciar cómo, a pesar de que Bües era un buen conocedor de la zona, en él se marcan territorios inexplorados y ríos con rumbos poco definidos.
En nuestros días, si se confrontan los diversos mapas que sobre la provincia de La Convención disponemos, resultan sorprendentes las frecuentes discrepancias entre ellos, no sólo en cuanto a los nombres asignados a cerros, ríos, poblaciones, caminos, sino, sobre todo, el que no concuerden en su ubicación, referencias o distancias. Esta carencia de una cartografía de la provincia convenciana aceptada por todos los estudiosos dificulta no poco el relato histórico, y en ocasiones crea no pequeñas confusiones, sobre todo cuando se intenta ubicar lugares o poblados convencianos que aparecen en las crónicas de los siglos XVI y XVII.
Si la tarea de verificar la geografía convenciana no la podemos dar por concluida, tampoco parece que dispongamos hoy de un mapa que nos permita identificar importantes lugares que jalonan la historia antigua de la provincia de La Convención. El caso más emblemático, que ilustra esta situación, es la polémica, todavía en vigor, en torno a la ubicación de la ciudad de Vilcabamba la Grande, capital del imperio durante los últimos incas. Quedan todavía demasiados misterios por desentrañar sobre la ubicación de numerosas poblaciones convencianas que quedaron registradas en las crónicas antiguas o en la memoria del pueblo, y de los no menos numerosos caminos que recorrían su territorio. No obstante ofrecemos a continuación algunos datos sobre la provincia que estimamos imprescindibles para entender y situarse en la historia convenciana  entre los siglos XVI y XIX.

CARTOGRAFÍA
La exploración del territorio convenciano en orden a trazar mapas fiables de la región tiene una larga, apasionante e inacabada historia. “Los primeros mapas de la región fueron elaborados a finales del siglo XVI por frailes para su tarea evangelizadora”. (Santiago del Valle Chousa, El misterio de Vilcabamba (La Coruña, 2005), p. 211). En tiempos más cercanos se manejaron, primero, los mapas elaborados por Raimondi, y después los del Instituto Geográfico del Perú. Pero, “hasta el año 2000 en todas las cartas geográficas la zona oeste del distrito de Vilcabamba aparece más reducida de lo que es en realidad” (Ibid., p. 103). Todavía en nuestros días la extensión real del territorio de la provincia de La Convención se basa en una estimación que el Instituto Nacional de Estadística e Informática realizó el año 1996 (Hernán de La Torre, Geografía e Historia de La Convención, p. 8)
RESEÑA HISTÓRICA
La Provincia de La Convención fue conocida antiguamente como Wilcapampa Yunca y estuvo habitada por grupos aborígenes como los Mañaríes, Pilcozones e Izcazingas, que hicieron contacto con la cultura Inca, probablemente procedentes de Vilcabamba. La zona de ceja de selva estuvo habitada por étnias amazónicas Matsiguengas. Durante la colonia La Convención fue considerada
zona antigua de evangelización y concesión de tierras para los conquistadores, iniciándose así la formación de haciendas en el Valle, ubicadas principalmente en las partes más altas. Las haciendas
tuvieron como principal cultivo la caña de azúcar (para producción de azúcar y aguardiente), frutas exóticas y la hoja de coca, destinados al consumo de la población indígena y de mineros.
El 25 de Julio de 1857, se creó por Ley, la provincia de La Convención en el gobierno del Mariscal Ramón Castilla y Marquesado, en ese entonces estaba conformada por los valles de Santa Ana,
Occobamba, Mosocllacta y Lares. Sus distritos inicialmente fueron: Santa Ana, Echarate, Huayopata, Occobamba y Vilcabamba.